Me decidí a escribir una presentación a modo de fuga, donde voy a entretejer mi voz con otras voces y también con la de Ani Bustamente, autora de este bello libro. Comienzo y Digo: Déjenme contarles, limeños, peruanos, amigos extranjeros, este recorrido de Ani Bustamante. Canta Ani: [43] “Cuando la sensación es una escritura de madrugada”´. Digo: Si esto no es poesía, entonces que me digan de qué se trata la lírica. De madrugada me encontró la escritura de esta presentación. Madrugada fría en la ciudad de la garúa. Ciudad de Lima cantada y escuchada sabiamente por Chabuca, esa flaneur que encontró entre puentes, ríos y cuerpos una |
cartografía de voces mestizas, femeninas, voces otras. La escritura de Ani desteje los sonidos de Chabuca para señalar esos caminos. Pero Ani no busca definir rutas sino hacernos compartir esos caminos, esos flujos deleuzianos que nos llevan a través de un encuentro. Ani escucha el sonido de la vitalidad que Chabuca encuentra entre las diferencias. Las fricciones de género, raza, condición social, como un golpe de las quijadas, producen para Chabuca ese sonido del mestizaje que Ani recorre. Caminos que se sostienen siempre en la mirada del otro.
Dice Barthes: “Fragmentos de un discurso amoroso” (Escribir) “5. Saber que no se escribe para el otro, saber que esas cosas que voy a escribir no me harán jamás amar por quien amo, saber que la escritura no compensa nada, no sublima nada, que es precisamente ahí donde no estás: tal es el comienzo de la escritura”.
Canta Ani: [42] “Muerte y erotismo fusionándose en la canción y en la pregunta que introduce tanto la temporalidad como la dimensión de la alteridad. Entre tú y yo hay un enigma. Entre mi deseo y el mañana hay un tiempo de espera que produce un fantaseo y, en este caso, una canción.” [44]¨La posibilidad de cantarle al mismo baile¨.
Dice Barthes: “Fragmentos de un discurso amoroso” (Escribir) “5. Saber que no se escribe para el otro, saber que esas cosas que voy a escribir no me harán jamás amar por quien amo, saber que la escritura no compensa nada, no sublima nada, que es precisamente ahí donde no estás: tal es el comienzo de la escritura”.
Canta Ani: [42] “Muerte y erotismo fusionándose en la canción y en la pregunta que introduce tanto la temporalidad como la dimensión de la alteridad. Entre tú y yo hay un enigma. Entre mi deseo y el mañana hay un tiempo de espera que produce un fantaseo y, en este caso, una canción.” [44]¨La posibilidad de cantarle al mismo baile¨.
Dice Walter Benjamín: “Para el autor reminiscente el papel principal no lo desempeña lo que él haya vivido sino el tejido de su recuerdo”.
Digo: El tejido que entrelaza la espera y el goce del texto, goce de los cuerpos. El deseo alimentado por el fuego de la pérdida. Pienso que Chabuca da la vuelta a esos versos de Cernuda: “qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman”. Ella canta entre el cuerpo y la palabra significante. En ese lugar donde la palabra ya no puede decir y aquellos sonidos del cuerpo, ahí se produce el canto de Chabuca, en ese umbral de significación. Sonido y sentido se fusionan, como en un abrazo y encuentro de puro amor.
Dice Roland Barthes: “Fragmentos de un discurso amoroso” (Espera) “La identidad fatal del enamorado no es otra más que ésta: yo soy el que espera.”
Dice Ani: “Somos sujetos en espera. Sujetamos la espera con uñas y dientes, pendientes de una mirada, de la voz de alguien que nos nombre para saber que existimos. Espera el niño la llegada materna, espera el hoy la ilusión del mañana. Y esta demanda es el pedido que pulsa, cotidiano, el recorrido del minutero y el tejido de Penélope” (45)
Canta Ani en la Fuga III: (73) “Llevada por la angustia, ella hizo añicos la esfera, la unidad que dibujaba en sus sueños no podía sostener un cuerpo despierto. El tiempo de la espera estalló cuando abrió la boca aquella tarde.
- Quiero que sepas que sueño contigo, me acechas por la noche. Creo que te estoy inventando.”
Dice Octavio Paz: “La llama doble”: “Vestido o desnudo, el cuerpo es una presencia: una forma que, por un instante, es todas las formas del mundo. Apenas abrazamos esa forma, dejamos de percibirla como presencia y la asimos como materia concreta, palpable, que cabe en nuestros brazos y que, no obstante, es ilimitada. Al abrazar a la presencia, dejamos de verla y ella misma deja de ser presencia. Dispersión del cuerpo deseado: vemos sólo unos ojos que nos miran, una garganta iluminada por la luz de una lámpara y pronto vuelta a la noche, el brillo de un muslo, la sombra que desciende del ombligo al sexo. Cada uno de estos fragmentos vive por sí solo pero alude a la totalidad del cuerpo. Ese cuerpo que, de pronto, se ha vuelto infinito.”
Dice Helene Cixous: “el haber querido siempre acercarme delicadamente a cada lengua, nunca mía, para lamerla, sorberla, adorar sus diferencias, respetar sus dones, sus talentos, sus movimientos”.
Canta Ani: (104) “Mestizaje es romper la homogeneidad del Uno, el espejo de lo identitario, para atravesar ese afuera extranjero y sus efectos tanto de fascinación como de horror”.
Voy concluyendo esta fuga y
Digo: Los sonidos de eros es un libro que valora la letra pero también lo oral, el sonido. Oralidad y escritura se entrelazan en una danza por la que Ani nos lleva, a través de la música de Chabuca Granda. Nos lleva por ese caminito alegre, con luz de luna o de sol. Ani Bustamante escribe de manera oblicua y nos comparte una lectura oblicua de Chabuca Granda, distanciándola de las hermenéuticas acartonadas que han iconizado patrioteramente sus canciones. Ani Bustamante lee las creaciones de Chabuca en su complejidad, y nos devuelve la sonoridad rotunda de sus canciones, de sus sonidos que nos hablan de una apuesta por el futuro que reconozca la diversidad mestiza del Perú, aspirando siempre a que este país despierte de su ensueño. Gracias, Ani, por este canto.
FIL Lima, 22 de Julio, 2014
Digo: El tejido que entrelaza la espera y el goce del texto, goce de los cuerpos. El deseo alimentado por el fuego de la pérdida. Pienso que Chabuca da la vuelta a esos versos de Cernuda: “qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman”. Ella canta entre el cuerpo y la palabra significante. En ese lugar donde la palabra ya no puede decir y aquellos sonidos del cuerpo, ahí se produce el canto de Chabuca, en ese umbral de significación. Sonido y sentido se fusionan, como en un abrazo y encuentro de puro amor.
Dice Roland Barthes: “Fragmentos de un discurso amoroso” (Espera) “La identidad fatal del enamorado no es otra más que ésta: yo soy el que espera.”
Dice Ani: “Somos sujetos en espera. Sujetamos la espera con uñas y dientes, pendientes de una mirada, de la voz de alguien que nos nombre para saber que existimos. Espera el niño la llegada materna, espera el hoy la ilusión del mañana. Y esta demanda es el pedido que pulsa, cotidiano, el recorrido del minutero y el tejido de Penélope” (45)
Canta Ani en la Fuga III: (73) “Llevada por la angustia, ella hizo añicos la esfera, la unidad que dibujaba en sus sueños no podía sostener un cuerpo despierto. El tiempo de la espera estalló cuando abrió la boca aquella tarde.
- Quiero que sepas que sueño contigo, me acechas por la noche. Creo que te estoy inventando.”
Dice Octavio Paz: “La llama doble”: “Vestido o desnudo, el cuerpo es una presencia: una forma que, por un instante, es todas las formas del mundo. Apenas abrazamos esa forma, dejamos de percibirla como presencia y la asimos como materia concreta, palpable, que cabe en nuestros brazos y que, no obstante, es ilimitada. Al abrazar a la presencia, dejamos de verla y ella misma deja de ser presencia. Dispersión del cuerpo deseado: vemos sólo unos ojos que nos miran, una garganta iluminada por la luz de una lámpara y pronto vuelta a la noche, el brillo de un muslo, la sombra que desciende del ombligo al sexo. Cada uno de estos fragmentos vive por sí solo pero alude a la totalidad del cuerpo. Ese cuerpo que, de pronto, se ha vuelto infinito.”
Dice Helene Cixous: “el haber querido siempre acercarme delicadamente a cada lengua, nunca mía, para lamerla, sorberla, adorar sus diferencias, respetar sus dones, sus talentos, sus movimientos”.
Canta Ani: (104) “Mestizaje es romper la homogeneidad del Uno, el espejo de lo identitario, para atravesar ese afuera extranjero y sus efectos tanto de fascinación como de horror”.
Voy concluyendo esta fuga y
Digo: Los sonidos de eros es un libro que valora la letra pero también lo oral, el sonido. Oralidad y escritura se entrelazan en una danza por la que Ani nos lleva, a través de la música de Chabuca Granda. Nos lleva por ese caminito alegre, con luz de luna o de sol. Ani Bustamante escribe de manera oblicua y nos comparte una lectura oblicua de Chabuca Granda, distanciándola de las hermenéuticas acartonadas que han iconizado patrioteramente sus canciones. Ani Bustamante lee las creaciones de Chabuca en su complejidad, y nos devuelve la sonoridad rotunda de sus canciones, de sus sonidos que nos hablan de una apuesta por el futuro que reconozca la diversidad mestiza del Perú, aspirando siempre a que este país despierte de su ensueño. Gracias, Ani, por este canto.
FIL Lima, 22 de Julio, 2014