los sonidos de eros
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comentario de Claudia Salazar Jiménez

7/26/2014

 
Me decidí a escribir una presentación a modo de fuga, donde voy a entretejer mi voz con otras voces y también con la de Ani Bustamente, autora de este bello libro. Comienzo y

Digo: Déjenme contarles, limeños, peruanos, amigos extranjeros, este recorrido de Ani Bustamante. Canta Ani: [43] “Cuando la sensación es una escritura de madrugada”´.

Digo: Si esto no es poesía, entonces que me digan de qué se trata la lírica. De madrugada me encontró la escritura de esta presentación. Madrugada fría en la ciudad de la garúa. Ciudad de Lima cantada y escuchada sabiamente por Chabuca, esa flaneur que encontró entre puentes, ríos y cuerpos una 
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cartografía de voces mestizas, femeninas, voces otras. La escritura de Ani desteje los sonidos de Chabuca para señalar esos caminos. Pero Ani  no busca definir rutas sino hacernos compartir esos caminos, esos flujos deleuzianos que nos llevan a través de un encuentro. Ani escucha el sonido de la vitalidad que Chabuca encuentra entre las diferencias. Las fricciones de género, raza, condición social, como un golpe de las quijadas, producen para Chabuca ese sonido del mestizaje que Ani recorre. Caminos que se sostienen siempre en la mirada del otro.

Dice Barthes: “Fragmentos de un discurso amoroso” (Escribir)   “5. Saber que no se escribe para el otro, saber que esas cosas que voy a escribir no me harán jamás amar por quien amo, saber que la escritura no compensa nada, no sublima nada, que es precisamente ahí donde no estás: tal es el comienzo de la escritura”.

Canta Ani: [42] “Muerte y erotismo fusionándose en la canción y en la pregunta que introduce tanto la temporalidad como la dimensión de la alteridad. Entre tú y yo hay un enigma. Entre mi deseo y el mañana hay un tiempo de espera que produce un fantaseo y, en este caso, una canción.” [44]¨La posibilidad de cantarle al mismo baile¨.


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comentario de laura benetti

7/25/2014

 
No hay impermeabilidad de uno mismo ante lo sonoro. El sonido toca-'illico'- el cuerpo, como si el cuerpo se presentara ante el sonido más que desnudo desprovisto de piel. Orejas: ¿dónde está vuestro prepucio? Orejas: ¿dónde están vuestros párpados? Orejas: ¿dónde están las puertas, las persianas, la membrana o el techo? Antes del nacimiento y hasta el último instante de la muerte, hombres y mujeres oyen sin un instante de reposo. No hay sueño para la audición. Por eso los instrumentos para despertar recurren al oído. Es imposible para el oído ausentarse del entorno. No hay paisaje sonoro porque ese paisaje supone una distancia ante lo visible. No hay apartamiento frente a lo sonoro .Lo sonoro es la tierra natal. La tierra natal que no se contempla.

Pascal Quignard.  El odio a la música


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Al igual que en la flor de la canela, los sonidos de Eros, es un libro de una mujer para otra mujer. Una mujer que entrelaza  su saber  y las resonancias de goce en su cuerpo.  Con ello, se está bien provisto para  irse de comisión al sueño libre, en la voz  de Ida Vitale. Se entrelaza, sin desconocer que de todas maneras lo indecible de lo femenino permanece allí, en su  arar en el mar. Bella imagen que ubica lo imposible como un resto que no procede de ninguna inscripción. Una "lituratierra” singular, un eros acogido y acompasado en la letra, que va suscitando un pulso.  Instantes desprovistos de sucesión, ocupando el espacio sonoro como Geiseres de elaciones  vocales. Mutaciones, que Ani ubica en los Tiempos con mayúscula,  temporalidad que ordena los restos, pero que no se mide con la duración. Y, nos hace saber, que Chabuca también era habitante de sus migraciones pulsionales. Para ello el libro demuestra que más que huellas que nos hablen de representaciones, se trata de un itinerario intérprete.  Proliferaciones, pero también bordes. Acontecimientos por fuera de cualquier convención. Fugaron por las laderas, canta Chabuca canta. El ciclo del agua en el drama de mi voz. Balbucearte de nuevo en los puentes de mi voz y dejarte caer otra vez pobre voz.  Ani no repite a Chabuca, sino que la continua  porque hace pasar algo nuevo sin romper el lazo. La continua decía, porque ella hace sus propias fugas. Tenemos tempo y tenemos fugas  y en la fuga  se afirma, creo que te estoy inventando: piel inabarcable de la arena, a la espera de su soplo. Es que la paridad puede  triturar el soplo femenino, reflexiona Julia Kristeva, en su correspondencia sobre Lo sagrado  lo femenino.  Me parece claro  proponerles que    


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Comentario de Christian estrada

7/25/2014

 
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Una de las ventajas de acceder a una buena lectura crítica sobre un autor determinado es que, mientras la leemos y luego de leerla, nos suele llevar a repensar nuestros supuestos sobre ese autor. De alguna manera, miramos de nuevo a ese autor a la luz de esta nueva crítica. Esto es lo que me ha pasado, página a página, con el libro de Ani Bustamante: gracias a su lectura, he podido profundizar en el universo lírico de una autora tan compleja como Chabuca Granda.

En lo que sigue, entonces, y a modo de homenaje tanto a Chabuca como a Ani, propondré, brevemente, algunas ideas generadas durante la experiencia misma de leer a Ani. Se trata de ideas un tanto ligeras, quizás incompletas. Pido disculpas.

I (uno)

En la mitología griega, Orfeo baja al Tártaro (ese abismo profundísimo ubicado en el inframundo) para rescatar a su amada muerta Eurídice. Hades le concede a Orfeo la oportunidad de sacar del Tártaro a su amada, pero le da una indicación: (le dice) «Eurídice te seguirá pero tú no deberás mirar hacia atrás hasta que ella esté a salvo bajo el brillo del sol». Orfeo, inquieto por no escuchar los pasos ni el aliento de su amada y a punto ya de alcanzar la luz del sol, comete el simplísimo acto de voltear, solo voltear, para ver si Eurídice seguía allí, detrás de él, camino a su salvación. Y al voltear, solo logra ver, fugazmente, la última mirada de Eurídice, quien desaparece de su vista, esta vez para siempre.


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COMENTARIO SOBRE "LOS SONIDOS DE EROS"

6/11/2014

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Por Osmar Gonzales Alvarado

El Perú sigue presente en Argentina. Desde diferentes expresiones pero de manera constante, la cultura peruana y sus representantes más destacados son mostrados ante un público que tiene a la mano la posibilidad de conocer un poco más de nuestro país.

El más reciente hecho ha sido la presentación del libro “Los sonidos de Eros. Un recorrido por la obra de Chabuca Granda” (Letra Viva Librería y Editorial, Buenos Aires, 2014),cuya autora es Ani Bustamante, peruana, doctora en psicoanálisis, y que tiene en su haber libros publicados en España, artículos en revistas de diferentes países y ser admiradora de la gran compositora de “La flor de la canela”. La presentación se realizó el pasado 5 de junio en el Centro Cultural de España en Buenos Aires y contó con gran afluencia de público. [1]

El estudio de Ani Bustamante toma las letras de las canciones, que son versos, que son poesía, y va encontrando señas de identidad que las emparenta y que al mismo tiempo las distinguen. Gracias a este recurso la autora puede estructurar su libro.

Lima, la ciudad y sus personajes ocupan las primeras páginas: “Chabuca Granda inicia así un finísimo análisis de los  flujos de una ciudad a través de sus personajes. Este no es un mero artificio estético, es más bien un mapa que nos da claves para entender, por un lado, las configuraciones subjetivas de una mujer y, por otro, los espacios sociales a través de los cuales se configuraron las identidades y sus mezclas” (27). En medio, como hilván que junta las partes, están los pincelazos muy bien escogidos que Bustamante toma de la biografía de Chabuca. Pero el recorrido por la ciudad no solo es una manifestación exterior del personaje, es sobre todo “un hilo que articula lo íntimo y lo público” (31) y que traduce el anhelo por el tiempo pasado.
Chabuca fue una mujer proveniente de familia acomodada que creció en una sociedad convencional y patriarcal. Realizarse como persona y compositora la llevó a un esfuerzo consciente para romper, o al menos remecer, ese orden que la recibió. Era inusual que las mujeres pudieran expresarse libremente sobre su condición de tales, su sexualidad, deseo y gozo. Las letras de las composiciones de Chabuca irrumpen en la escena pública con fineza y exquisita sensibilidad, logrando subvertir simbólicamente lo injusto. Bustamante señala que a diferencia de antes, esta nueva etapa de la compositora expresa la espera del amor por venir: “Las letras de este grupo de canciones son, más bien, abstractas, a diferencia de la precisión de las canciones dedicadas a la tradición y la ciudad” (40).

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